No fue una noche más en el estadio Libertadores de América - Ricardo Enrique Bochini. La jornada en la cual se definió quiénes fueron los cuatro ocupantes de la Zona A que clasificaron a los playoffs se caracterizó por ser un encuentro con un clima emocional totalmente cambiante de principio a fin. De la fiesta inicial a la incertidumbre, de la incertidumbre al desencanto, y del desencanto a los insultos con especial foco en el plantel y los dirigentes del “Rojo”.

El clima inicial era de esperanza. Un Independiente que dependía de si mismo albergaba el aliento de sus hinchas que buscaban la tan ansiada clasificación. Al final de la primera etapa el “Rojo” se encontraba con una ventaja de dos goles y en superioridad numérica después de la expulsión de Miguel Navarro en el primer tiempo. Todo era fiesta en las tribunas del LDA, pero…

Sin embargo, en una ráfaga de acciones, Talleres logró empatar el marcador, dejando fuera de carrera al equipo de Avellaneda y clasificando a Vélez a la siguiente fase del torneo. La sorpresa y el desencanto se apoderaron del reducto del “Rey de Copas” y el infierno ya no estaba tan encantador…

Y todo se potenció con el final del encuentro, el dos a dos definitivo que dejó al local y la “T” afuera de la eliminatoria directa derivó en la furia de su gente.

Los hinchas, visiblemente enfurecidos, lanzaron insultos contra la dirigencia del club y también contra los jugadores, incluido Carlos Tevez. Es la segunda vez consecutiva que Independiente queda eliminado en la última fecha de la Copa de la Liga, lo que ha aumentado la frustración entre los seguidores.

Néstor Grindetti, presidente del club, no fue ajeno a la furia de los hinchas y también fue objeto de sus críticas cuando abandonaba el estadio. El ambiente estaba más que tenso, convirtiendo la salida del Libertadores de América en un hervidero de emociones.